Cómo evitar la depresión navideña

Laura Sánchez, Filóloga

Las luces de Navidad, los villancicos en la calle, las cenas de empresa, las reuniones familiares y sobre todo, los anuncios publicitarios... en Navidad se respira un ambiente de alegría, felicidad y buenos momentos. Sin embargo, la realidad es bastante diferente, porque estas fechas son propicias para que aparezca el desánimo convirtiéndose en muchos casos en una depresión.

Por qué nos deprimimos en Navidad

Es evidente que existe una gran contradicción entre el ambiente festivo de Navidad y la realidad de cada familia. Parece que es este desfase entre lo que debe ser y lo que es lo que hace que nos sintamos deprimidas estos días. La perspectiva de una reunión familiar no siempre es agradable, porque las peleas y discusiones familiares son un must navideño tanto como el turrón. Aunque si hay algo que afecta a nuestro ánimo de forma especial son las ausencias familiares.

En estas fechas se notan mucho más las ausencias. Son días en los que se recuerda con más tristeza la muerte de nuestros seres queridos, pero también hay ausencias de familiares que no pueden acompañarnos por situaciones especiales, como una enfermedad, trabajo o porque están viviendo muy lejos. Una vez más se hace patente la contradicción entre echar de menos al que no está y no saber disfrutar del que sí está, algo que nos desestabiliza anímicamente.

Los problemas económicos son también un factor que puede llevarnos a la depresión en estas fechas, porque la Navidad es tiempo de paz y amor, pero también de regalos y de grandes derroches de dinero. Gastamos un dineral en regalos, en vestidos, en adornos o en la comida para estas fiestas, un gasto que parece obligado y que muchas familias no pueden asumir y menos este año.

Consejos para no deprimirte en Navidad

Dado que la depresión navideña la mayoría de las veces es un estado temporal que se pasa en cuanto se acaban las fiestas y volvemos a la normalidad, lo mejor es intentar mantener una actitud más positiva. Se trata de darle la espalda a los problemas durante unos días, para que todos, especialmente los niños, no noten nuestro desánimo. Siempre podemos hacer un esfuerzo más por estar más conciliadoras y evitar las discusiones familiares.

Por otra parte, es importante manejar los sentimientos de angustia y tristeza que nos produce la pérdida de nuestros seres queridos, transformándolo en un recuerdo lleno de cariño y teniendo presente a los familiares que nos rodean. También se puede disfrutar de todos los recuerdos felices que nos proporcionó la persona que falta y llenar su ausencia de anécdotas divertidas.

Si en tu caso son los problemas económicos lo que más te afecta de estas fechas y el hecho de no poder dar a los tuyos los regalos que se merecen, si no puedes organizar una cena con un menú fastuoso, siempre puedes darle la vuelta a la situación. Recurre a tu imaginación para organizar unas Navidades especiales olvidándote de las costosas tradiciones y aportando originalidad.

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