A qué se debe y cómo combatir la escasez o reducción del flujo vaginal

Eugenia Carré

El flujo vaginal son aquellas secreciones provenientes de la vagina que pueden variar en olor, color, y consistencia. El flujo vagina es algo normal, sobretodo si se está en edad fértil. El moco viene producido por las glándulas del cuello del útero y, varía dependiendo del día en el que estemos de nuestro ciclo menstrual. 

Si nuestro flujo vaginal cambia repentinamente de color, olor o consistencia puede deberse seguramente a una infección. La escasez o reducción del flujo vaginal viene determinada por una disminución en la producción de estrógenos. Los principales síntomas son irritación, picor, hipersensibilidad y dificultad para mantener relaciones sexuales. La falta de lubricación dificulta la penetración provocando dolor y dificultad para alcanzar el orgasmo. 

Por qué se produce la escasez del flujo vaginal

Esta escasez viene determinada por reglas irregulares, pre-menopausia, menopausia, postparto, lactancia, consumo de anticonceptivos o diabetes. El adelgazamiento del tejido de las paredes vaginales provoca una falta de lubricación y por tanto una inflamación e irritación muy incomoda para la mujer. Este trastorno, puede deberse a situaciones de estrés, depresión o tras haber recibido tratamientos muy agresivos como quimioterapia o radioterapia en el área pélvica.

Cómo combatir la escasez de flujo vaginal y evitar la dispareunia

Si nos encontramos ante cualquiera de estos síntomas debemos acudir al médico y, éste nos recetará el tratamiento que mejor se adapte a nuestro caso. De todos modos hay muchos productos que están disponibles sin necesidad de receta médica, como son los lubricantes.

La dispareunia es el trastorno por el que las relaciones sexuales se vuelven incomodas y dolorosas, lo que imposibilita disfrutar y poder llegar al orgasmo. Los geles y cremas humectantes, mantienen nuestra zona íntima lubricada durante horas,  evitando la irritación y el picor y, posibilitando una relación sexual satisfactoria. Frente a estos productos nos encontramos con la vaselina o aceites que no son aptos para las relaciones sexuales ya que pueden aumentar la probabilidad de infección y hacer que los métodos anticonceptivos como los condones de látex o los diafragma disminuyan su eficacia. 

Ante todo debemos evitar las duchas vaginales, jabones o perfumes que lo único que conseguirán en irritar más la zona. 

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