Comer por ansiedad, ¿por qué lo hacemos?

Recomendaciones para que mejores tu relación con la comida

Paola Andrea
En este artículo
  1. Comer por ansiedad, ¿por qué lo hacemos? 
  2. Cómo puedo mejorar mi relación con la comida
  3. Recomendaciones nutricionales que puedes implementar: 

 

Comer por ansiedad, ¿por qué lo hacemos?

Confundir las emociones con la comida es algo muy común y que muchas veces ni siquiera se es consciente de ello. Seguramente te has encontrado algunos días en casa, relajada en el sofá, sin hacer nada y, de repente, sin saber muy bien cómo te has visto abriendo la nevera una y otra vez, buscando algo sin saber qué es lo que quieres o quizás intentando encontrar algún alimento muy específico. Probablemente puede que lo hagas por aburrimiento o preocupación, pero quizás no sabes el verdadero motivo por el que comes. La situación no implica un mayor problema si sucede de vez en cuando, pero sí lo es cuando todo lo que ocurre en la vida recae en la comida.

Comer por ansiedad, ¿por qué lo hacemos? 

La mayoría de las personas con problemas en su relación con la comida generalmente comentan que sienten mucha ansiedad por comer, ¿pero que es está ansiedad? No puedes poner en palabras lo que realmente está sucediendo, a veces solo puedes generalizar y decir que estás ANSIOSA, pero te cuesta poner nombre y apellido a esa emoción, a lo que te pasa internamente (miedos, tristeza, enfado, frustraciones, demasiada exigencia). Muchas veces te encuentras husmeando en la nevera, sola y sin hambre, sintiendo culpa y vergüenza a la vez, fuera de control, y no puedes parar, a pesar de estar sintiéndote llena y con dolor abdominal. 

Por lo general, la comida busca tapar con más fuerza lo que sientes y hay momentos que te sirve para anestesiar esa emoción. Seguramente has decidido en muchas ocasiones buscar una solución, entonces te comprometes a hacer algo por ti misma. Generalmente se comienza con mucho entusiasmo, con un objetivo muy exigente, dieta y ejercicio estricto, y ese es tu primer castigo. Al poco tiempo, ya sea porque te sientes mejor o consigues bajar el peso deseado, o simplemente porque te has cansado, retomas tu segundo castigo, dejar todo para volver a caer en esa mala relación que tienes con la comida, y te encuentras nuevamente con esos excesos descontrolados.  

Cómo puedo mejorar mi relación con la comida

Lo primero que tienes que saber es que no existe nada mágico; quizás podrías comenzar por conocerte un poco más a ti misma, ser consciente de tu relación con la comida, ser consciente de lo que comes y por qué lo comes. El autoconocimiento para encontrar la causa de ese comer emocional es un trabajo que lleva su tiempo, quizás meses, y en algunos casos hasta años. Te recomendamos que busques ayuda profesional para que te guíe en este proceso. Un terapeuta es fundamental, como así también un profesional de la nutrición, pero a su vez puedes buscar otro tipos de terapias complementarias que te pueden ayudar en el proceso, como la meditación, el yoga o la acupuntura, entre otros. Busca algo que te identifica y emprende esa asignatura que todavía tienes pendiente, que es poder comer, pero siendo tú la que controla la comida y no al revés. 

Recomendaciones nutricionales que puedes implementar: 

+ Un plan de alimentación sin restricciones.

+ Regular un patrón de alimentación.

+ Disfrutar del placer por la comida y aprender a gestionarlo sin excesos.

+ Ideas para trabajar los excesos descontrolados (atracones).

+ Incorporar actividades nutricinales reales.

+ Trabajar las expectativas con el peso y la imagen corporal.

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