Feria de Abril: 10 consejos para sobrevivir al vestido de flamenca

Exprime esta fiesta tan flamenca hasta el final

Marta Marciel
En este artículo
  1. 10 consejos estilísticos para la Feria de Abril 
  2. 3 Los avíos no son joyas

Ponerse un vestido de flamenca es todo un reto estilístico y personal. Allá vamos con nuestras mejores galas, al Real. Vivir la Feria de Abril de Sevilla es una experiencia única que hay que probar al menos una vez en la vida, pero de la que es complicado 'sobrevivir' si no tienes callo con el vestido. Te damos 10 consejos para no desentonar en el Real de la Feria y vivirlo al máximo vestida de flamenca. 

10 consejos estilísticos para la Feria de Abril 

1 No te pongas taconazos

Sí, un traje de flamenca queda mejor cuanto más estilizada estés, pero no vas a poder caminar con taconazos de doce centímetros. Es conveniente saber que un traje de gitana es como una armadura del siglo XV: hace daño, es incómodo, se pega, no hay quien vaya al baño agusto... pero es fabuloso. Por eso, no sufras de más con tus tacones más altos. Apuesta por zapatos que tengan tacón muy bajo -te dolerá la espalda si vas completamente plana-, o cuñas de esparto. 

2 No lleves gafas de sol

Martirio solamente hay una, y por algo es. Una flamenca con gafas de sol parece que se ha perdido en un after de una rave de pueblo. Aunque haga un sol de justicia están más que prohibidas. 

3 Los avíos no son joyas

Ir vestida de flamenca requiere una actitud de diva y sí, estar más incómoda que en tu vida. Es el momento de ponerse pendientes grandes, collares que casen con el mantoncillo e incluso pulseras. Pero quítate los pendientes de más de las orejas, no lleves el anillo enorme que te regaló tu novio y adiós a las gargantillas. Y nunca, nunca lleves reloj, que no te pega. 

4 Sin bolso

Los trajes de flamenca -los de verdad, no los de broma de 'sevillana' que venden a los guiris- llevan un bolsillito en la zona de la espinilla. Son para lo imprescindible: el móvil si quieres hacerte un moratón según caminas, las llaves de casa y dinero suelto para pagar las consumiciones en la caseta. Nunca se ha visto una flamenca con bolso, y no querrás ser la primera.

5 La flor, en la cabeza

¿Cómo reconocer a una flamenca que nunca ha estado en la feria? Porque lleva el pelo suelto, y la flor en la oreja. Craso error. Las flores se llevan en la cabeza, en lo más alto. Poderosas, femeninas, incómodas, pero siempre fabulosas. Ahora empiezan a verse flamencas con más de una flor, al más puro estilo corona. Pero llevarla en un lado de la oreja es ser una cateta, no una flamenca. 

6 El traje limita y mucho

Muchos vestidos de flamenca son tan sumamente ajustados que no permitirán que te sientes, -tendrías que escurrirte en la silla-, ni que te agaches, y probablemente impedirán que vayas al baño sin ayuda. Son pocas las flamencas que consiguen subirse por las piernas para poder ir al baño, es mejor desnudarse entera y que te lo sujete tu amiga. La imagen de una flamenca esperando en un baño con otro vestido en los brazos es más que común. La amiga está dentro, en ropa interior y medias. 

7 La feria de día y la feria de noche son distintas

Se celebran en el mismo Real, va la misma gente y tú llevarás el mismo traje de flamenca que te está hundiendo la vida, pero no son lo mismo aunque vayas igual vestida. La feria de día tiene un encanto especial, calesas con caballos, y una luz que solamente tiene Sevilla. La jarana se repite desde el día hasta la noche, pero la feria hay que vivirla en sus dos matices. 

8 Medias

Aunque haga un calor del demonio, nunca te olvidese las medias. Estilizan, permiten que no se vean todas las formas del cuerpo y quedan mejor. Pero todo tiene un sentido práctico, al llevar un vestido tan ajustado, el calor precisamente hará que los muslos se rocen y eso causa irritaciones. Mejor prevenir que curar, que al día siguiente hay más Feria. 

9 Mantoncillo

Se pusieron de moda hace varios años, aunque las tendencias flamencas son de lo más cíclicas. Los mantoncillos son esos mantones que van cosidos directamente al traje, o aplicados con un imperdible que se tapa con un bonito broche.

10 Vive tu traje de flamenca

Pero ante todo, antes de vestirte de flamenca tienes que prepararte, no vas a estar cómoda, pero sí más guapa que nunca. Un traje de flamenca es femenino, sensual, poderoso. La niña más pequeña y la abuela más mayor pueden vestirse con un traje que celebra el cuerpo de la mujer. El escote, las caderas, los brazos. Una mujer vestida de flamenca lleva maquillaje como si fuera la novia, un moño que deja al descubierto la belleza de su rostro, y un traje tan ajustado que grita a los cuatro vientos que adora su feminidad. Pero de nada servirá que te pongas un traje sin pensar que vas a comerte el mundo. Vestirse de flamenca es vivirlo, y para vivirlo está la Feria. 

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