Historia de amor la noche de Reyes: un regalo inesperado

Laura Sánchez, Filóloga

Llevaba semanas organizando la cabalgata de los Reyes Magos de aquel barrio desfavorecido. Noelia se sentía bien con esa labor de voluntariado, pero no dejaba de sentirse culpable por utilizarlo como una especie de medicina, para mantener la mente ocupada y no pensar en sus propias miserias. Como si ayudar a paliar las desgracias de los demás, las suyas se desdibujaran. Lo que no podía imaginarse era que tras esas intensas semanas de trabajo duro y nervios se escondía también el comienzo de una historia de amor.

Pensando en los Reyes Magos

La verdad es que la organización de aquella cabalgata estaba siendo todo un éxito. Noelia, junto con todo el equipo habían conseguido voluntarios por todas partes, habían conseguido encontrar a los Reyes Magos, a los pajes y también un montón de regalos para esas familias sin recursos. Ningún niño iba a quedarse sin regalo la noche de Reyes.

El trabajo era duro, pero enriquecedor. Además Noelia estaba conociendo a un montón de personas, todas ellas apoyando la iniciativa de forma altruista. Ya faltaba poco para la noche de Reyes y los nervios en el equipo empezaban a hacerse notar, cuando llegó un nuevo miembro, Jaime, que supuso para casi todos un bálsamo de sosiego por su saber hacer y la seguridad que transmitía.

Jaime ejercía un efecto calmante en todos los miembros del equipo, excepto en Noelia, que en cuanto le vio entrar con su abrigo negro, su jersey de cuello alto y su mirada verde notó una auténtica revolución en su interior. Si aquello eran mariposas en el estómago, estaban de lo más alborotadas. Y si no dejaba de mirarla así, no iba a poder controlar sus impulsos. Pero Jaime no paraba.

El regalo de la noche de Reyes

Jaime la miraba llamándola continuamente con sus ojos verdes y Noelia no podía escapar. Un respiro para esa atracción fue el momento de la cabalgata. Todo tenía que estar preparado, todo estaba preparado, todo salió como tenía que salir. El equipo de voluntarios proporcionó al barrio una cabalgata de Reyes espectacular y consiguieron que muchos niños pudieran mantener la ilusión por la Navidad un año más.

Cuando todos los niños fueron abrazados, cuando todos los padres habían sonreído y cuando todos los regalos estaban ya en las casas más necesitadas, tocaba recoger todo, volver a ponerlo en orden para regresar cada uno a sus vidas. Noelia no quería que aquello terminara, porque sabía que en esta ocasión, ella tampoco tendría su regalo de Reyes. Noelia no quería regresar a su vida, porque se sentía sola.

Jaime se dio cuenta de que Noelia no quería que aquello terminara y decidió no ponerle fin, decidió convertirlo en un principio. Cuando todos se marcharon, ellos dos se quedaron, sin saber muy bien qué hacer, sin saber muy bien qué decir. Si ninguno de los dos tenía planes para la noche de Reyes, lo mejor sería pasarla juntos, ¿no?. Porque la magia de la noche de Reyes no es solo para niños.

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